El Madrid, otra vez ganador de la
Liga, campeón seis años después de su último triunfo ocurrido en el
2007. Y campeón en casa, en el Palacio, delante de su gente por
primera vez en veinte temporadas. Lo que en la década de los setenta no era más
que la rutina de la gloria, ahora destila aroma a proeza. El triunfo del Madrid es el triunfo de un
modelo de baloncesto. La demostración de que se pueden ganar grandes
campeonatos jugando al ataque. Tras los patinazos blancos en las últimas
ocasiones, estaba en entredicho y perder esta Liga Endesa habría sido una catástrofe
de grandes dimensiones.
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